jueves, marzo 28, 2013

Jueves Santo

Este cuento no es mío, lo leí hace algún tiempo y, con mis palabras, lo transcribo.
Espero les guste.

*          *          *          *          *
Era miércoles en la noche, la luna iluminaba la ciudad, que dormía. La calle estaba desierta. a excepción de dos hombres, que conversaban a la sombra de un árbol.

- Es necesario que hagas lo que te estoy pidiendo. Es más, te imploro que lo hagas. Y sabes que no me gusta implorar a nadie.
- Pero... ante los ojos de todos voy a quedar como traidor. Mi buen nombre quedará manchado para siempre, te pido que no me obligues a hacerlo.
- Sabes tan bien como yo que es necesario que hagas lo que te pido para que cumplir con mi misión. Ya sabes que tendrás mi agradecimiento infinito.
- Está bien, lo haré, mañana en la mañana empezaré a hacer lo que me pediste.
- ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Judas!

Los dos hombres se separaron, cada uno por su lado, a realizar su misión.