No recuerdo muy bien cuando fue que en mi familia empezamos con la tradición de poner el nacimiento, en otros lados llamado Belén. Lo que sí recuerdo es ver y escuchar cómo discutían mis padres al respecto. Mi mamá intentaba convencer a mi papá de poner uno para las fiestas navideñas, y mi progenitor daba buena pelea, dando las razones por las que no pondríamos, un año más, el nacimiento. Cómo esas razones eran de índole financiera, terminaban pesando más que todo lo que mi mamá pudiera decir
Es por eso que nos causó una enorme sorpresa ver llegar a mi padre una noche de principios de diciembre, con una caja grande de cartón en la mano. Recuerdo que me la pasó, para que entre mis hermanos y yo la abriéramos mientras él se dirigía a la cocina, dónde se encontraba mi mamá, la abrazó y le pidió perdón.
Cómo ustedes habrán adivinado, pues de eso tratan estás líneas, eran figuras de yeso para poner un nacimiento: un Niño Jesús, San José, la virgen María y los tres Reyes Magos.
Nos contó que ese día, después de la anual discusión por el nacimiento, fue a trabajar y el camión en el que viajaba quiso ganarle el paso al tren, con las consecuencias que se pueden imaginar. Mi papá salió ileso, pero sí hubo víctimas del accidente. Él lo tomó como aviso de Dios y al salir del trabajo pasó a un tianguis navideño a comprar las figuras.
Desde entonces todos los años pusimos nuestro nacimiento. He de decir que nos esforzamos mucho para que nos quedara bonito. Incluso llegamos a ir al cerro a recolectar magueyes miniatura y otros elementos para decoración.
No sé ustedes, pero muchas veces retrocedo a las navidades pasadas, como Scrooge y el fantasma, y tengo sentimientos encontrados. Digamos que estas palabras las escribo con un estado de ánimo que no es muy bueno.
El nacimiento que ven al inicio de este escrito lo acaban de armar mis hijas, with a kittle help of her friend (bueno, su prim Victoria). Creo yo (padre cuervo) que les quedó muy bonito.
No sé, quizá es la manera que Dios tiene para decirme algo. Quizá mañana, con otro estado de ánimo, pueda entenderlo.
Sí, soñé contigo, aunque sólo recuerdo una sola escena (sí, como si fuera cine). Una sola escena, desde que desperté hasta ahora.
La mente, lo sabes, nos juega chueco siempre. Mi mente sabe, aunque yo no lo recuerdo con exactitud, que acaba de cumplirse un año desde que nos dejaste.
Recuerdo cuando me dieron la noticia. No sabes cómo deseé, como deseo aún, haber estado en nuestro viejo San Juan (cómo bien sabes nuestro San Juan es más viejo que el de Puerto Rico) para estar cerca de ti, de tu cuerpo, sentir que estás cerca para acompañarme y aconsejarme como siempre lo hiciste, desde que me acuerdo.
Cómo te digo, la mente nos juega rudo, y hoy me la he pasado en la xodida melancolía y la xhingada nostalgia de tanto tiempo juntos, de tantos recuerdos, de tanto que pude haber hecho para compensar en algo de todo lo que hiciste por nosotros. Y no hablo de cosas materiales, que bien sabes es lo menos importante, porque, aún con tantas carencias materiales (entonces no lo sabíamos, no necesitábamos tanto) tú, mis padres, mis tíos, mis abuelos, nos dieron la mayor de las riquezas: la familia que nos tocó, llena de amor.
Bueno, creo que ya sabes qué fue lo que soñé, la escena que recuerdo, pero te platico para que el anónimo lector que pueda leer esto lo sepa.
Estábamos en una reunión como hubo tantas en casa de los abuelos, con el montón de mesas haciendo una herradura en la parte cubierta del patio. Yo estaba sentado dónde está el cuarto del tío ángel, viendo hacia el centro del patio, dónde tantas veces jugamos futbol. Levanté la mirada y vi que te dirigías a la calle, platicando muy quitado de la pena con el tío Pedro Monroy.
Cómo te he dicho, es lo que recuerdo. Que quien me lea saque sus conclusiones. Para mí, es la confirmación de lo que ya sabía, de lo que mi corazón sabe desde que te fuiste. Que estás en un mejor lugar que éste, y que Pedro y tú están viendo por todos nosotros.
Gracias por eso. Sabes bien que la seguimos regando gachamente.
Descansa en paz, tío Coyote. Espero que cuando nos reunamos de nuevo te sientas orgulloso de mí, tanto o más de lo que yo estoy orgulloso de ti. Gracias por ser mi tío.
Te quiero mucho. Te extraño un poco menos desde que te vi en mi sueño.
Ya nos tocará vernos, en el mundo de los sueños o en la otra vida. No permita Dios que los olvide a todos ustedes, que nos cuidan desde allá.
Siguiendo con el tocho, se dice que el rugby surgió del futbol (asociación), a su vez el futbol americano como lo conocemos desciende del rugby.
Lo llamamos "futbol americano" porque se ha desarrollado en los Estados Unidos. Y en ese país es más que un deporte. Casi es una religión.
Dice un chiste que, en Estados Unidos, "universidad" es un estadio de futbol americano al cual se le agregan algunas facultades. Así de importante es.
A lo largo y lo ancho de ese país hay campos de futbol americano. Los high schools y las universidades obtienen muchos de sus recursos de este deporte. Hay buscadores de las principales universidades para buscar a los mejores prospectos preparatorianos.
El deporte universitario (futbol colegial o universitario) está regulado por la National Collegiate Athletic Association (NCAA), que tiene reglas muy estrictas respecto al reclutamiento de los jugadores en las diferentes universidades (ver la película "The blind side -Un sueño posible"). Las reglas del futbol colegial son casi las mismas que en la NFL, con algunos cambios menores.
Dependiendo del nivel competitivo de las universidades, la NCAA las divide en tres divisiones (I, II y III). Las universidades de la división I son las que pueden aspirar al campeonato nacional. En esta división se encuentran los tazones colegiales (son muchos, de veras muchos).
El futbol americano profesional está casi exclusivamente en la NFL.
National Football League (NFL) es más que una liga, es una asociación de 32 empresas que tienen como negocio el futbol americano.
32 son los equipos que conforman la NFL, divididos en dos conferencias de 16 equipos cada una (Conferencias Nacional y Americana). Cada conferencia, a su vez, está dividida en 4 divisiones (Norte, Sur, Este y Oeste) de cuatro equipos cada una.
Cada equipo juega 16 partidos durante 17 semanas, empezando en septiembre (hay una semana de descanso para cada equipo). De estos partidos, es obligatorio jugar contra los rivales divisionales (2 veces, a visita recíproca). Los demás partidos se van rotando durante las diferentes temporadas. Como comprenderán, para el aficionado es muy importante ganar los partidos divisionales, los cuales muchas veces se traducen en rivalidades legendarias (p. ej., Green Bay vs Chicago; Dallas vs Washington o Los Angeles Rams vs San Francisco).
A cada equipo se le va adjudicando una cuenta de ganados, perdidos y empatados, para determinar los lugares en las divisiones. En caso de empate, la marca de los partidos divisionales es un criterio de desempate.
Los mejores equipos de cada conferencia avanza a los playoffs (postemporada). Este año hubo un cambio en los playoffs. En cada división avanza el que queda en primer lugar (campeón divisional), más los tres mejores ubicados, haciendo un total de7 equipos por conferencia.
El equipo con la mejor marca de cada conferencia descansa la primera semana de playoffs (anteriormente eran dos), llamada ronda de comodines (primera semana de enero). Los ganadores pasan a la ronda divisional, donde el peor colocado juega contra el equipo que descansó en la ronda de comodines. Los dos ganadores se enfrentan en la final de conferencia, donde surge el campeón de conferencia.
Los dos campeones de conferencia se enfrentan en la gran final, llamada Super Bowl (primer domingo de febrero), disputando el título y el trofeo Vince Lombardi (llamado así en honor del gran Entrenador en jefe de los Green Bay Packers).
A los jugadores campeones les dan un regalo individual, de parte del equipo, un anillo de campeón.
Si ustedes me conocen desde hace cierto tiempo, sabrán que una de mis pasiones es el futbol americano.
Más concretamente, soy seguidor de los San Francisco 49ers (por cierto, ¿notaron que desde hace un tiempo los comentaristas de la NFL, NBA y MLB en español dicen los apodos de los equipos en inglés?).
Como mi amada hermana me pidió una pequeña ayuda a entender las reglas del juego, he decidido escribir esta entrada en este blog, de una manera no exhaustiva, y espero que más o menos clara.
Campo de juego.
El partido se juega en un campo rectangular, de pasto natural o sintético, de 360 pies (120 yardas - 109.7 m) de longitud y 160 pies
(48.77 m) de ancho. Las líneas a cada extremo del campo son las líneas finales. Las de cada costado se llaman líneas laterales.
Se establecen líneas de gol a 10 yardas (9.14 m), paralelo a las líneas finales.
El terreno de juego en sí mide 100 yardas (91.44 m), hay líneas pequeñas que marcan cada yarda, al centro y cercanas a las líneas laterales. Se señalan cada 5 yardas con una línea contínua de lado a lado del campo. Las yardas 10, 20, 30, 40 y 50 se identifican con números. la flecha de cada número indica la zona de anotación más cercana.
Hay dos zonas de anotación, que miden 10 yardas cada una, y suelen estar pintadas con el nombre y/o logotipo del equipo local. anteriormente se dibujaban líneas diagonales (por eso a la zona se le suele decir "diagonales").
En cada lado del campo hay unos postes que sirven para los goles de campo y los puntos extra.
Si se dan cuenta, el campo de juego parece una parrilla, por eso se le llama emparrillado.
El balón
Marca Wilson, de piel de cerdo, ampliamente conocido. 12 balones para el juego "normal" y 6 para las patadas. Se le suele llamar ovoide.
Jugadores
El juego se disputa entre dos equipos, uno a la defensiva y otro a la ofensiva.
En el campo hay 11 jugadores de cada equipo, casi todos ellos especialistas en su posición.
Las posiciones se definen a partir de lo que se llama scrimmage lane o línea de golpeo. Es la línea imaginaria donde está colocado el balón y va de lado a lado del campo de juego (línea negra en el esquema).
Defensa (cuadros azules):
3 o 4 linieros defensivos o tackles (DT y DE)
3 o 4 Linebackers o apoyadores (OLB y MLB)
2 Esquineros o cornerbacks (CB)
2 Safeties o profundos (SS y FS)
Ofensiva (círculos rojos):
1 Centro (C)
4 Linieros o tackles ofensivos (OG y OT)
1 o más alas cerradas (TE)
1 o más receptores (WR)
1 o más corredores (FB, HB, RB)
1 Quarterback o Mariscal de campo (QB)
También existen los equipos especiales: de kickoff o patada de salida, y para las patadas de despeje (punt).
Objetivo del juego.
El objetivo es llevar al balón a la zona de anotación del equipo contrario.
Se puede jugar el balón en carrera o en pase.
Cuando se logra se marca touchdown (TD / anotación), que vale 6 puntos. Cuando un equipo juega a la ofensiva, tiene cuatro oportunidades (downs) para avanzar 10 yardas. Cuando logra esas 10 (o más) yardas, se marca 1st. and 10 (primera oportunidad y diez yardas por avanzar) y hay otras cuatro oportunidades para avanzar otras diez yardas. Cada jugada (o down) termina cuando el jugador que tiene el balón es derribado -hace down- (el codo, la rodilla o las nalgas tocan el pasto), cuando el jugador sale del campo o cuando se anota de alguna manera. También termina cuando un balón lanzado no es atrapado por algún jugador y cae al piso o sale del campo. Si, jugando tres oportunidades el equipo ofensivo no ha logrado las diez yardas, puede optar por jugar (si no logra el 1o y 10, el balón pasa al equipo contrario), patear de despeje (entrega el balón mediante una patada lo más lejos posible de su zona de anotación) o, si está a la distancia necesaria de la zona de anotación contraria, intentar un gol de campo (valor de 3 puntos). Cuando hay una anotación, se puede patear un punto extra (valor de un punto) o intentar una conversión (2 puntos).
Los equipos especiales también pueden anotar TD (son espectaculares). Se puede anotar también después de un fumble (balón suelto) o intercepción (lo veremos más adelante).
Gol de campo
Conversión (2 puntos).
TD regreso de patada de salida
TD regreso de patada de despeje
Balón suelto e intercepciones
La ofensiva puede perder el balón de dos maneras:
* Fumble o balón suelto: el jugador ofensivo que lleva el balón lo suelta antes de hacer down. * Intercepción: un jugador defensivo atrapa el balón cuando es lanzado por el QB del equipo ofensivo. Cuando una intercepción se devuelve hasta anotación, se le llama Pick six.
Fumble
Intercepción
Infracciones
Son muchas, pero pondré las más comunes. Generalmente se castiga con yardas. En las ligas pueden ver los videos oficiales de la NFL, que explican las reglas. Completo aquí.
Cuando hay una infracción, el árbitro que detecta la infracción lanza un pañuelo (flag) amarillo a la zona donde ocurrió el hecho, informa al árbitro principal (Referee) y éste hace la señal de la infracción, usando el micrófono para indicar si la falta es de la defensa o de la ofensiva, el número y el nombre del jugador infractor.
Retraso de juego. Cuando termina la jugada, se tienen 40 segundos para "sacar" la siguiente jugada. Si el reloj de 40 segundos llega a 0 y no sale la jugada, se señala retraso de juego.
Movimiento ilegal. Movimientos no permitidos a la ofensiva. Formación ilegal. Hay formaciones que no son legales, como que haya menos de 7 jugadores ofensivos en la línea de golpeo.
Interferencias: Estorbar a un contrario durante un pase.
Defensiva: El defensor estorba al receptor cuando va a recibir un pase. Ofensiva: Algún ofensivo estorba al defensivo, para que no pueda defender una jugada de pase.
Jugador inelegible No todos los jugadores ofensivos pueden llevar el balón por pase (los linieros o tackles, principalmente).
Sujetando: Sólo se puede sujetar a quien lleve el balón. De lo contrario se comete la infracción de "sujetando". Desde luego, puede ser a la defensiva o por la ofensiva.
Careta: son las barras frontales del caso, que sirven para proteger al jugador. No se puede poner las manos en la careta de un contrario. Hay uso ilegal de las manos y sujetar. Puede ser falta personal y hasta expulsión del infractor.
Jalones: agarrar y jalar. Es particularmente penado el jalón de cuello.
Lo encontró, Dios sabe dónde.
Lo persiguió, acorraló y esperó pacientemente a que saliera de ese rincón.
Cuando salió, sólo pudo ir a donde ella, la acosadora, se lo permitió.
Y así pasó el tiempo, uno corriendo de un rincón a otro, y la otra disfrutando el juego, consciente de que él estaba atrapado, de que no tenía escapatoria alguna.
Desde luego, por instantes, parecía sacar fuerzas de su desesperación y quizá pudiera haber escapado, pero no, ella es una cazadora nata, que lleva en su haber presas más difíciles de ser atrapadas.
Por fin, ella se cansó del juego y le puso fin... relamiéndose los bigotes, tomó al ratón entre sus fauces y se dirigió al jardín, a saciar su hambre.
En definitiva, empiezo a querer a esa gata.
¿Se han puesto VV. MM. a pensar en el significado y la historia que puede haber en una palabra?
La noche de hoy he traído en la mente una palabra, y es la que da título a esta entrada de mi blog (dispensen lo tardado, pero bueno, uno que es esposo y padre responsable - ajá-).
Mandado... curiosa palabra, ¿no? Designa algo, alguna cosa que se manda, que se hace por una orden de otra persona (se supone que superior en alguna jerarquía), pero que en México y otros lugares, designa a las compras, la comida sobre todo.
Chava Flores, es su genial "Gato viudo" dice que la gata (criada, empleada doméstica) sacaba del mandado (dinero que la patrona -mandona- daba a la empleada -mandada- para la comida) y le daba a su galán algo de dinero para sus vicios (los del galán, claro).
Francisco Gabilondo Soler, "Cri-Cri" canta que la patita va al mercado a comprar todas las cosas del mandado, aunque a la palmípeda no la mandó nadie, sino su deber de madre y esposa (eran otros tiempos).
Y, desde luego, cuando tenemos un problema que podemos resolver razonablemente bien, o si alguien tiene la atención de agredirnos, decimos muy bravos, que "nos hace los mandados", es decir, que el problema o el tipo o en cuestión no son reto para el que habla, que es pan comido, como quién dice.
Buen, este mensaje era rápido y se ha extendido.
Buenas noches, que hay que ir a hacer unos mandados de última hora.
Un breve cuento, a propósito del Evangelio de hoy.
* * * * *
Un noble romano, que tenía dos hijos, fue al oráculo a consultar a la adivina respecto a la suerte de sus dos hijos.
Uno de loos hijos del anciano era poeta; el otro, soldado.
La adivina le dijo que uno de sus hijos iba a tener un éxito inicial en su carrera, pero que la misma se iba a truncar abruptamente. El otro, dijo, será famoso por sus palabras, mismas que serán repetidas por millones de personas hasta que el mundo se termine.
El anciano se dijo que, desde luego, el hijo poeta sería famoso por sus palabras, por lo que se alegró mucho. Mas se entristeció por su hijo militar, quien seguramente moriría en el transcurso de alguna batalla.
Sucedió que su hijo poeta empezó a destacarse por sus versos, pero cayó en desgracia ante Tiberio y fue ejecutado por orden del Emperador.
En cambio, su hijo militar es famoso aún hoy por aquellas palabras que dijo a cierto carpintero: "Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa, mas di una palabra y mi criado quedará sanado".
Este cuento no es mío, lo leí hace algún tiempo y, con mis palabras, lo transcribo. Espero les guste.
* * * * *
Era miércoles en la noche, la luna iluminaba la ciudad, que dormía. La calle estaba desierta. a excepción de dos hombres, que conversaban a la sombra de un árbol.
- Es necesario que hagas lo que te estoy pidiendo. Es más, te imploro que lo hagas. Y sabes que no me gusta implorar a nadie.
- Pero... ante los ojos de todos voy a quedar como traidor. Mi buen nombre quedará manchado para siempre, te pido que no me obligues a hacerlo.
- Sabes tan bien como yo que es necesario que hagas lo que te pido para que cumplir con mi misión. Ya sabes que tendrás mi agradecimiento infinito.
- Está bien, lo haré, mañana en la mañana empezaré a hacer lo que me pediste.
- ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Judas!
Los dos hombres se separaron, cada uno por su lado, a realizar su misión.
En poco menos de un mes, querida M., estarás ya inmersa, aunque ahora no te des cuenta de ello, en tu primera temporada navideña, época en que los cristiano celebramos el nacimiento de Aquél que se hizo hombre, como nosotros, para que nosotros alcancemos el Cielo. Sí, hija mía, es tu primera Navidad.
Tú aún no lo sabes y espero algún día explicarte todo esto, ya que es muy importante y además es un poco complicado, tanto que muchos no entendemos lo que significa ese evento tan importante en la religión cristiana y en la historia del mundo, tanto que, como verás, los años se cuentan en antes de Cristo y después de Cristo.
Pero me estoy desviando. Te decía que muchos de nosotros no entendemos qué es realmente lo que significa. Lo grave es que a muchos en realidad no les importa.
Lo que sí les importa, querida M., es que esta temporada, llamada temporada navideña, es vender. Sí, esta es la época que el espíritu consumista se disfraza de espíritu navideño, para que los que se dedican a vender vendan más. Ya te darás cuenta: Coca-Cola y Santo Clós, el Polo Norte, los renos, las rebajas, descuentos, meses sin intereses, compre ahora y pague hasta enero y un largo etcétera.
Supongo que me dirás, M., que eso no es malo. Que los comerciantes tienen derecho a su legítima ganancia. Y eso puede ser cierto. Lo que no se vale, M., es que gracias a toda esa publicidad con el pretexto de la Navidad el nombre del festejado no se ve por ningún lado. Porque has de saber, M., que en el mundo cristiano celebramos estas fechas como las del nacimiento de Cristo, y que su nombre, así como los de su madre, María; y de José no se ven, ni se oyen por ningún lado.
¿Sabes? Eso es triste, porque perdemos totalmente el sentido de la celebración, porque aunque a todos nos guste recibir regalos, cantar villancicos, poner el árbol de navidad y una serie de ritos que irás conociendo, no me gustaría que pierdas de vista que se trata de una celebración religiosa. Ojalá te acuerdes aunque sea un ratito de aquel niño que nació hace más de dos mil años, que no tuvo lugar en la posada y que tuvo que nacer en un pesebre. Un niño que, como bien sabrás, es la Luz del Mundo y tu Señor y Dios.
Bueno, hija mía... a pesar de todo ¡Feliz Navidad! desde ahorita.
Se juega la final de la Copa del Mundo.
México juega por primera vez una final, nada más y nada menos que contra el múltiple campeón, Brasil.
El estadio estaba a reventar. Muchos mexicanos hicieron un largo viaje para estar presentes en ese gran momento.
Entre los muchos mexicanos presentes se encontraba el padre de uno de los seleccionados, una joven promesa que jugaba su primer Mundial, y era la figura de la selección azteca, revelación del torneo y con un gran futuro en el deporte. Era hábil, rápido, fuerte y muy inteligente. El joven Flores era sin duda un gran jugador.
El partido no estaba defraudando a los aficionados. Los dos equipos practicaban un futbol abierto, atacando al rival y las emociones se alternaban en ambas cabañas.
2 a 2 el marcador y a minutos del final el pronóstico era reservado.
En las tribunas la gente gritaba, menos el padre del joven Flores.
Permanecía sentado, callado, analizando las jugadas y sobre todo preocupado por su hijo.
Era ya el minuto 90 + 3, Flores se desmarcó de los defensores brasileños, entró al área y al intentar burlar al portero, el cancerbero sale y tira al mexicano.
El árbitro pita la falta, expulsa al portero y pide la entrada de las asistencias, mientras la verdeamarella pone a un delantero en la portería.
En la tribuna, el padre salta por primera vez de su asiento, preocupado por su hijo, más que por el resultado.
Afortunadamente, no fue serio. El joven Flores pide el balón para patear. El padre cierra los ojos, siente el silencio expectante de la multitud, los gritos de apoyo, el silbatazo del árbitro, la patada del joven, el vuelo del balón...
* * * * *
-¡Señor! ¡Señor! ¡Abra los ojos! ¡Ya nació!
-¿Ya nació doctor? ¿Qué fue?
-¡Es una hermosa niña!
-¡Una niña! - responde el padre, emocionado. Una lágrima corre por su mejilla. -¿Puede dejarme un momento solo, por favor, doctor?
-Claro, tómese su tiempo. Y felicidades.
- Gracias.
El padre cierra los ojos. Las lágrimas se desbordan. Vuelve a soñar: "Es la final de la Copa Mundial Femenil... la estrella es la joven de apellido Flores...
Cuando uno se casa, busca tener algunos recuerdos de tan inolvidable día. A eso contribuye, sin duda, el video y las fotos.
Muchos buscamos lugares bonitos para las fotos del recuerdo. Algunos van al bosque, a un parque, etc.
En Guadalajara se ha tomado la tétrica costumbre de tomarse fotos en un panteón. A mí me parece una ironía grandísima: la boda, símbolo de la vida, unido a la muerte. No soy supersticioso (es de mala suerte), pero si lo fuera, lo tomaría como un mal augurio.
Todo esto porque hoy, en la caseta de Tepotzotlán vimos unos novios tomándose fotos y video, ¡En plena autopista!.
Desde luego, todos estábamos sorprendidos. Viernes, tarde, novios, autopista... No es algo que se vea cotidianamente.
Disculparán Ustedes la mala calidad de las fotos. Son de celular y están tomadas de muy lejos.
En fin, felicidades a los novios. Lo que sí, miedo no tienen.
Nuevamente, mil disculpas por la tardanza en escribir en este espacio.
Muchas cosas han pasado desde la última vez que nos vimos por acá.
Tan a gusto que estábamos esperando a ver el destrozo que serán las inminentes elecciones mexicanas, esperando ver en el ring a Germán Martínez vs. Beatriz la Ruda Paredes, a dos de tres caídas sin límite de tiempo...
Y de repente, nos cae el chahuiztle... se declara alerta sanitaria por influenza (en ese entonces porcina, ahora humana) tipo A, causada por un virus hasta entonces desconocido, A1N1, y nada, de la noche a la mañana ya somos los apestados del mundo. No hay clases, no hay que ir a trabajar, menos a divertirse, y todos guardaditos en nuestras casitas.
De repente el narcotráfico, la delincuancia, la inseguridad, los políticos y un laaaaaaaargo etcétera pasaron a ser olímpicamente ignorados por nosotros, para dar paso a la paraoia, a las elucubraciones, a las teorías de conspiración,y a tantas cosas a las que los seres humanos somos tan propensos, y en especial los mexicanos. Claro, no es novedad. La gente no cree en las autoridades, las leyes se han hecho para ser violadas, el gobierno siempre nos miente, se va a vender PEMEX, es un complot (sonó muy peje) para que las farmacéuticas obtengan obsenas ganancias, es un virus desarrollado por el Pentágono para posteriormente ser inoculado en Medio Oriente o para poder invadirnos facilmente, es un complot extraterrestre, etc.
En fin, que estuvimos casi 10 días con el Jesús en la boca y con el alma en un hilo (perdonen VV. MM. las referencias obvias), y viendo / leyendo las noticias, pues nos enteramos de mcuahs cosas (aparte de las ya referidas teorías consiracionistas): que el virus no era tan canijo, que lo que papi Gobierno estaba haciendo era más o menos lo que se debía hacer, que la epidemia ya se extendió por el mundo (¡qué tiempos cuando los de este lado del charco no conocieron la viruela sino hasta que llegó Cortés!), y que se había creado una mexicanofobia en todo el mundo. Ya sé que no somos el mejor pueblo del mundo, pero no se pasen.
En fin, parece que la influenza mexicana se va estabilizando, ya no ha habido más muertos por ella, y bueno, a regresar a la normalidad, a seguir mentando amdres de nuestros políticos, a padecer las campañas de cada 3 años, a ver cuántos ejecutados hubo el día anterior... y sobre todo, a trabajar para que todo esto mejore.
Todos sabemos en qué terribles circunstancias quedó el IFE después de las elecciones federales de 2006. Una elección presidencial en extremo cerrada y un ex-candidato (perdedor) berrinchudo dio pie a que se cuestionara la validez de la elección (curiosamente, sólo la presidencial, y no las de senadores y diputados) y se dudara de la honestidad de los consejeros del IFE. Se volvio a escuchar el grito de ¡FRAUDE!.
Después del berrinche pejista, se procedió a una renovación anticipada de los consejeros del IFE, empezando por Luis Carlos Ugalde (lean su libro "Así lo viví"), entrando nuevos consejeros (entre ellos el Consejero Presidente, que ahora es Leonardo Valdés) que, se supone, tienen mejores características para conducir al Instituto bajos sus principios rectores, entre los que estrán la independencia, autonomía, certidumbre, etc.
Hasta acá, todo bien, al parecer. Pues bien, esta semana nuestros amados consejeros han mostrado el cobre: primero se otorgaron una generoso aumento de salario, de más del 40%, con lo que el mismo llegaría a más de $300,000.00 (trescientos mil pesos 00/100 M. N.), una verdadera ofensa en estos tiempos de crisis mundial. Desde luego, no faltó quiénes reclamaran (todos), por lo que los Consejeros debieron recular de su intento.
Por si fuera poco, el Consejero Presidente asistió ayer a una reunión del IFE (con otros Consejeros Presidentes, locales y distritales) en Ixctapan de la Sal, Méx., y regresó al DF en un helicóptero. Hasta acá, nada fuera de lo común, pero resulta que el aparato fue "prestado" por... ¡Enrique Peña Nieto! Como sabemos, Enrique Jimmy Neutrón Peña Nieto (Señor Peña: ¿cuándo va a meter a la cárcel a su amigo Montiel?) es el suspirante presidencial priyista que está más arriba en la intención del voto de la población. Es un casi seguro candidato para Presidente en el 2012, por el PRI.
Todo esto no hace más que dejar mal parado al IFE, que es lo que, después de lo que pasó en 2006, no debería pasar. No hay credibilidad, no hay independencia, no hay imparcialidad.
Lentamente, la pareja se alejaba. Apenas podían distinguirse. Aún para un ángel, la vista de ellos alejándose le causaba una profunda pena.
“Si hubieran obedecido”, pensaba.
Suspiró, guardó la espada de fuego en su vaina celestial y se sentó a una roca. Era un ángel, sí, pero también tenía profundos sentimientos. Conocía a la pareja, los veía todos los días pasearse en el jardín. Los seguía de lejos, sin dejarse ver (se le olvidaba que si quería, podía hacerse invisible para ellos), miraba sus juegos, sus risas… todo le parecía nuevo, diferente. Eran cosas que un ángel no entiende, porque no tiene cuerpo, como los humanos.
Terminó por empezar a llorar. Lloraba desconsoladamente. Era la primera vez que lo hacía.
De pronto, escuchó una voz a sus espaldas. Estaba tan absorto en su llanto que se asustó al oír una voz detrás de él.
“¿Por qué lloras?”
Limpiándose las lágrimas, el ángel se levantó y miró a quien le había hablado.
“No sé, Miguel… no sé por qué estoy llorando… es sólo que…”
“Ya sé –dijo Miguel-. Lloras por ellos. Es comprensible. Los estimabas mucho”
“Sí, así es, Miguel. Pero lloro también por nosotros, por esta tierra, por este jardín. Sin ellos, es sólo un bosque salvaje, una selva ignota. Ellos son los que lo hacían un paraíso.”
Pues ayer fue aprobada por el Congreso de Coahuila de Zaragoza una reforma al Código Penal, impulsada por el gobernador del estado Humberto Moreira Valdés, que impone la pena de muerte a secuestradores que asesinen a sus cautivos.
No sé Vds. qué piensen, pero a mí me parece que el gobernador, como decimos por acá, se orinó afuera de la bacinica. Creo yo que sólo es una cortina de humo... una noticia para que el Sr. Gober salga en la telera y posicione su imagen rumbo a la siguiente elección presidencial. Y es que en el tricolor Enrique Jimmy Neutrón Peña Nieto va en caballo de hacienda para la grande.
Y digo esto no por restarle importancia al debate en torno al tema, debate por demás apasionante y que, siendo sinceros, se polariza mucho, casi tanto como el del aborto (en ambas estoy en contra, pero eso, como dijo la Nana Goya, es otra historia), sino porque la ocurrencia del gobernador y sus achichincles en el Congreso del Estado no va a pasar en el Congreso de la Unión. Ya los diputados federales y los senadores han dicho que no se modificará la Constitución Federal para cumplir el caprichito del Gober coahuilense. Y él lo sabe.
Nadie dice que no hay muchos delincuentes que merezcan la muerte, pero también creo que con ocurrencias como esa se combata eficazmente a la delincuencia.
En serio, lo primero que necesitamos es quitar corrupción en la vida del país: desde la mordida que das al tránsito por pasarte una lto, hasta en las más altas esferas de toma de decisión.
Cuando en el país no exista la corrupción, cuando en la cárcel no haya inocentes, cuando las mismas dejen de ser academias del crimen, cuando se acabe la impunidad (actualmente sólo el 3% de los delitos son solucionados con el encarcelamiento del malandro), cuando en Méxicode veras haya justicia... empezaremos a pensar en penas semejantes, si es que para entonces el índice delictivo sigue así de alto.
¿ah! y no se crea que con esto apoyo al Sr. Peña Nieto... que primero entambe a Montiel y luego veremos.
En México llamamos puente a los fines de semana largos. Me explico: cuando no se trabaja, por ejemplo, desde el viernes hasta el domingo; o cuando no se chambea desde el sábado hasta el lunes, regresando a la sacrosanta chamba el martes de la siguiente semana.
Pues bien, este fin de semana fue eso (¡Gracias, Don Pancho Nacho Madero!), un fin de semana largo. Y nos fuimos con sumo placer a la playa, a un lugar perdido en el mapa nacional, llamado Sayulita, donde sólo hay una calle pavimentada, pero eso sí, hay un chorro de gringos y de surfers.
El motivo para ir a ese lugar olvidado (casi) de la mano de Dios fue la boda de un primo político y, como buen mexicano que es uno, hay que ir a la pachanga y cultivar el síndrome del muégano.
Quien haya dicho que las vacaciones son para descansar, está muy equivocado. En vacaciones es lo que menos hace uno. Llega uno bien cansado y necesitado de otra semana completa para echarse a la came, ver nmil películas o leer todos los libros que han quedado pendientes desde hace mucho.
Y no es queja. Me gustó el ranchito. Puerto Vallarta es agradable. la comida en el Bubba Gump es deliciosa (vayan, es altamente recomendable), conocer a una hermosa amiga en ese lugar de sana comida y mejor ambiente, la convivencia con la familia no tiene comparación alguna. El mar estaba delicioso y las olas, ideales para quien guste del surf, aunque a uno le vaya mal con ese oleaje (urgen clases de natación).
La boda estuvo divertida, a pesar de la tardanza con las viandas, nos la pasamos a todas márgaras... ¡Felicidades a los novios!
Como dije, me hacen falta más vacaciones, para descansar de las vacaciones.
Mi mamá me regaló un marumito. No sé que tiene en la cabeza mi santa madre. No sé para qué hincados sirva un marumito, pero estando delante de mi mamá, es menester sonreír, estirar la mano y dar las gracias de tal manera que al mismo tiempo la sonrisa, la cabeza y la voz indiquen que estás rebosante de alegría y al mismo tiempo, que aceptas el regalo como el más valioso presente que la autora de tus días pueda darte.
Vale ídem que no sepas para qué sirve el inche marumito, pero debes procurar conservarlo bien: nada de llegar a casa y tirar el mentado marumito como si fuera balón de básquet en el bote de la basura, menos en la ropa sucia, o que por un descuido vaya a dar a la lavadora, para que sufra los rigores del lavado intenso.
No, el marumito debe estar siempre cuidado, presentable, porque ya se sabe: como el más reciente regalo que la madre de uno te ha dado, debes presumirlo ante toda la gente, especialmente a las amistades de ella, que invariablemente alabarán a tan extraño regalo y lo cubrirán de las más variadas alabanzas, no al marumito, sino a mi querida jefecita, parloteando acerca del buen gusto que tiene, que el ya famoso marumito es hermoso, que el color que tiene es perfecto y, en fin, que uno como hijo bien nacido debe procurar conservar en buen estado al dichoso ente ese.
Pues bien, el marumito, en virtud de tales circunstancias, se ha vuelto parte de mi persona. Cuando alguien me ve en la calle, la gente cuchichea a mis espaldas (y a veces me lo gritan a voz en cuello): “¡Ahí va el tipo del marumito!” “¡Qué gracioso se ve!”. ¡Demonios! Si no amara tanto a mi mamá, no sé qué diablos hubiera hecho ya con el asqueroso marumito.
