
La gran discusión nacional es ahora la reforma energética, y como siempre las posiciones están muy encontradas y trabadas.
Lo que es claro es que nadie ha dicho que se va aprivatizar Pemex, pero sí es necesaria una reforma a fondo para que la empresa sea más productiva, más eficiente y brinde servicios de mayor calidad.
Esto, claro, enoja a los ultranacionalistas de siempre, al nefasto sindicato petrolero en manos de Romero Deschamps y claro, sirve de bandera política para los muertos que se niegan a morir (caso AMLO).
Yo no quiero que se venda el petróleo mexicano. Estoy por el mejoramiento de Pemex y por la calidad en el servicio de la paraestatal. Nada de corruptelas ni arreglos en lo oscurito. Nos urge que Pemez sea de veras de México, no de facciones o de sindicatos.
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